Hoy se cumple un año, de aquella dura noche que golpeo al fútbol de El Salvador, donde 9 personas fallecieron tras una estampida, en el juego de semifinales entre Alianza y Club Deportivo FAS.

A un año de la tragedia en el estadio Cuscatlán, rendimos el más sentido homenaje a la memoria de las víctimas.

Los tres partidos de semifinales jugados en Metapán, Santa Rosa de Lima y Santa Ana demostraron que el fútbol salvadoreño cuenta con un público apasionado y comprometido. Estos encuentros, con estadios llenos como pocas veces se ha visto, especialmente en las dos primeras ciudades mencionadas, generaron taquillas récord y un ambiente vibrante, acorde con las exigencias de la Primera División. El horario nocturno fue clave para asegurar una gran asistencia, al evitar el calor que suele disuadir a la gente..

Sin embargo, la sombra de la sobreventa de entradas planeó sobre los estadios, un tema que las autoridades deben investigar con seriedad y tomar las medidas necesarias para evitar futuros riesgos. Es destacable que, en general, el comportamiento del público fue ejemplar en estas tres semifinales. Solo resta el duelo final en el Cuscatlán.

En este contexto, es justo aplaudir a las aficiones en este aniversario tan triste para el fútbol salvadoreño. Que la fiesta continúe sin incidentes. Nunca más.